martes, marzo 07, 2006

ATRAPADO


Miraba fijamente el color rojo, su intensidad me indicaba cuándo avanzar y cuándo frenar, llevaba cincuenta minutos en esas siete cuadras, ya no reclamaba. Resignado buscaba música con mi mano apoyada en la caja de cambio listo para ingresar la primera velocidad y compulsivamente mi dedo estirado al digital.

La noche reflectaba el rojo de los vehículos que esparcían mi rostro en los recuerdos sin importancia.

En ese estado de sopor se me confundían semáforos con frenos y todo con el rojo de mis ojos.

El tiempo se me había perdido, solamente pensaba: “mañana dejo el vehículo en casa”.



Leonel Sánchez Jorquera