martes, marzo 07, 2006

BAJO LA TIERRA


Corría la primavera de mil seiscientos diecisiete, los esclavos aborígenes escarbaban en la tierra a las afueras de la ciudad, mirados por los yaconas y vigilados por los españoles. Pronto golpearon algo tan duro como un yelmo y liso como una mesa. Alarmados llamaron al Capitán que sentenció: ¡Iremos a buscar más refuerzos!.

No era oro lo que encontraron, pero esa pieza rectangular había despertado gran curiosidad, sobre todo por la leyenda inscrita y cortada.

Fue eso lo que provocó que la robaran los sacerdotes indígenas y que nunca más apareciera.

Solo el viejo capitán recordaba su leyenda: “ESTACIÓN BAQUEDAN...”


Leonel Sánchez Jorquera